Como
mujer de teatro me involucro con Ibsen, ya que es uno de los dramaturgos más
importantes y adelantados de su época. En esta ocasión quise tomar su poesía,
ya que me permite ahondar en una arista desconocida de él, pero no ajena de la
tensión dramática que le impregna a sus obras. Este poema “Pájaro y pajarero”, nos conecta con la maldad y abuso de poder que
muchas veces es inherente en el ser humano.
Este
poema fue escrito en el siglo XIX. El lenguaje de este autor está centrado en
el realismo. Ibsen aborda temas contingentes y que provocan bastante a los
lectores, es por esto que se le conoce como un autor socio-crítico. Su trabajo
más conocido es el que hace en la dramaturgia, en el cual fue bastante
importante, ya que marca los precedentes para autores que abordan el realismo
y/o realismo sicológico, tales como Chévoj, Strindberg, Wilde, Pérez Galdós, O’Neill,
entre otros. Ibsen también incursionó en otras ramas de la literatura como el
cuento y la poesía; en este caso “Pájaro
y pajarero” forma parte de su obra
poética, en la cual aborda los mismos tópicos: la crítica social, el
cuestionamiento del modelo de familia tradicional, las injusticias, el abuso de
poder, la desigualdad. Todo esto viene marcado por el contexto político de la
época, no olvidemos que el siglo XIX se
caracteriza por sus fuertes cambios, la revolución industrial, las revoluciones
burguesas por consiguiente el imperialismo; también surgirían algunas
corrientes de pensamiento contemporáneas, tales como el idealismo
absoluto, el materialismo
dialéctico, el nihilismo y el nacionalismo.
Desde
la perspectiva clásica, los poemas han de tener cierta estructura para que se
les considere poema, no obstante, es a finales siglo XIX donde comienza un
cambio en la poesía que se antepone a las vanguardias. “Pájaro y pajarero”, carece de la estructura clásica y se involucra
en un verso libre; lo primero que me sorprende son sus estrofas disímiles entre
sí, ya que todas las estrofas tienen distinta cantidad de versos, lo cual queda
plasmado en cinco, cuatro, cuatro, tres,
dos, cinco, etc. La primera tiene cinco versos, esta comienza con la historia
del pajarero que a raíz de sus ansias de poder elucubra el modo de atrapar a este
pájaro que se muestra inocente; es importante la personificación que yace sobre
el pájaro, ya que al mostrarlo tierno se asocia con un rasgo humano. La segunda
estrofa posee cuatro versos, aquí se presenta el triunfo del pajarero, ya que
logra apresar a su ave, se muestra el lado pérfido del cautivador: “gocé
aterrorizando a mi cautivo”, pero esta maldad se ve noble, ya que el pajarero
lo hace con alegría, satisfaciendo sus más profundos deseos, desde la
perspectiva del sueño inalcanzable. La tercera conserva los cuatro versos, y
muestra que una vez satisfechos los deseos, estos se vuelven someros y se desea
otro tipo de acción, nuestro pajarero cambia su fin y abre la jaula para que el
pájaro goce de su libertad nuevamente, pero los puntos suspensivos que Ibsen
utiliza en el final de esta estrofa nos hace presagiar un cambio inesperado en
el curso de las acciones que se presentan. La cuarta tiene tan solo tres
versos, los cuales están envueltos en signos de exclamación, así se puede
alabar aún más la importancia que tiene la libertad para el autor (Este tema es
abordado en “Casa de muñecas”, “Un
enemigo del pueblo”, “Hedda Gabler”, “Espectros”, entre otras). La quinta,
sorprende más aún, ya que solo tiene dos versos, lo cual nos marca un puente
(el socialismo) entre la sociedad capitalista (que es donde el pajarero tiene
cautivo al pájaro) y la sociedad comunista (donde es el pajarero que queda
preso en la misma jaula que él construyó para someter al ser inferior); en esta
estrofa se da el inicio al cambio de paradigma, ya que el pájaro siendo libre
no desea estarlo. La sexta estrofa vuelve a la estructura de la primera
teniendo cinco versos, esta estrofa es importante, ya que por una parte cambia
la voz principal del poema, puesto que ya no es el pajarero quien relata el
texto y por otra, nos cuenta que el pajarero pasa a ser el cautivo de su propia
jaula. La séptima estrofa conserva solo cuatro versos, es en esta donde se
muestra por primera vez al pajarero como un ente con miedo por el cautiverio,
esto le provoca temores y espanto, demostrándolo con miradas hacia el pájaro,
suponiendo una culpabilidad en los actos de este. La última estrofa conserva
los cuatro versos que la anterior, y muestra la claridad de que
independientemente de la libertad que podamos poseer, siempre estaremos presos
del sistema y ya no es el pajarero o el pájaro el malo; quien ostenta la maldad
es ahora el sistema, puesto que obliga a pájaros o pajareros a ser lo que son,
por ejemplo los carabineros con los mapuches en el sur; es el sistema quien
determina que los carabineros con los mapuches tengan la lucha con la misma
clase y no con la clase opresora, que en este caso son las forestales y los
gobiernos de turno.
Es
importante señalar, que a lo largo del poema, Ibsen utiliza puntos suspensivos,
signos de exclamación, comas, puntos y comas; todo esto para darle la tensión
dramática y así no desentenderse completamente de su labor como dramaturgo;
esto permite una lectura más activa del poema y nos hace nadar en el mar de la
mímesis, poiesis que entrega la obra dramática.
Teniendo en consideración estos
precedentes podemos hacer una analogía entre el título de este poema y “la
lucha de clases”. Este concepto fue acuñado en la obra Manifiesto Comunista, de Karl Marx y Friederich Engels, publicado por
primera vez en Londres el 21 de febrero de 1848, aquí se afirma
que “La historia de todas las sociedades hasta nuestros días, es la historia de
la lucha de clases… Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y
siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se
enfrentaron siempre…”[1] Pájaros y pajareros, podría pertenecer
al campo semántico de “lucha de clases”, puesto que se presentan dos personajes
que pelean entre ellos por su libertad; el pájaro representaría al proletario y
el pajarero al burgués.
El pajarero se muestra como alguien
que persigue los deseos de su configuración como ser superior al pájaro, aunque
ciertamente disfruta teniéndolo cautivo, ya que esto sacia sus necesidades
básicas. El dominador vulnera todos los derechos de su presa, tanto así que
constantemente lo instiga y lo amenaza, como una forma de someterlo
constantemente, para demostrar su poderío y no dar derecho al escape o la
rebelión; sin embargo, este pajarero no sabe que hila su propia trampa y que el
ramaje de mimbrera finalmente será la génesis de su supresión. Por otra parte,
está el cautivo; este pájaro que gozando de su libre albedrío es atrapado y
enjaulado; no intenta escapar, solo espera a que algo suceda, y es así como en un
instante el pajarero abre la jaula y él escapa; lo paradójico es que es ahora
el pajarero quien está preso en su propia jaula.
Siguiendo con el marco teórico
tomado anteriormente, podemos asociar el desenlace del poema con el
“materialismo histórico” planteado por Marx. Este tiene dos nociones básicas,
como lo son la estructura y la superestructura, en la primera tomamos los modos
de producción, aquí subyacen diversas sociedades desde la asiática, esclavista,
entre otras, para llegar a la capitalista que sería la sociedad en que se
escribe (contexto de producción) y donde se desarrolla la primera parte del
poema, cuando el pájaro es cautivo. Marx dice que luego de la sociedad
capitalista pasaremos a la socialista (etapa de transición) para finalmente estar
en la comunista, la cual sería la sociedad fin de la historia (esto en un Marx
joven, ya que el viejo Marx se desdice y afirma que la estructura está en
movimiento y puede saltarse de una sociedad a otra aleatoriamente).
A
modo de conclusión, quiero relacionar otro concepto de Marx, “teoría de la
plusvalía” aquí dice, entre otras cosas, que es el capital quien crea las bases
para su destrucción, porque es la minoría quien tiene el poder económico, por
lo tanto el proletariado se tomaría el poder y vendría el socialismo. En otras
palabras, es el pajarero que a través de sus decisiones provoca que el pájaro
sea libre; sin embargo, está presente también en Marx, la teoría de la falsa
conciencia y la de la alienación, es decir, pájaro y pajarero están alienados
bajo el sistema y ninguno podrá escapar a su cautiverio en cuanto no escapan a
la muerte pensante que hay en ellos, la muerte pensante es aquella que nos
entrega una educación reproductiva, donde nos enseñan a reproducirnos según las
mismas posibilidades que tuvo nuestra ascendencia, si mi madre fue obrera yo
también lo soy y lo serán mis hijos, y en el caso de la burguesía es lo mismo,
ya que el empresario es producto de su padre
y abuelo empresario, todo esto sin perjuicio de lo que realicemos, el punto
es realizarlo por opción y por amor. Por lo tanto, Ibsen nos incita a pensar
que hay más opciones que estar alienados y condenados a ser pájaros o
pajareros, eso está en nuestras manos y en una educación para la liberación que
es la que estamos construyendo.
[1] Karl Marx y
Friedrich Engels, Manifiesto Comunista,
Inglaterra 1848, Editorial Centro Gráfico Chile, 2003, pág. 32.
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