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miércoles, 2 de mayo de 2012

"Pájaro y Pajarero" de Ibsen: la historia del mundo es la lucha de clases


Como mujer de teatro me involucro con Ibsen, ya que es uno de los dramaturgos más importantes y adelantados de su época. En esta ocasión quise tomar su poesía, ya que me permite ahondar en una arista desconocida de él, pero no ajena de la tensión dramática que le impregna a sus obras. Este poema “Pájaro y pajarero”, nos conecta con la maldad y abuso de poder que muchas veces es inherente en el ser humano.
Este poema fue escrito en el siglo XIX. El lenguaje de este autor está centrado en el realismo. Ibsen aborda temas contingentes y que provocan bastante a los lectores, es por esto que se le conoce como un autor socio-crítico. Su trabajo más conocido es el que hace en la dramaturgia, en el cual fue bastante importante, ya que marca los precedentes para autores que abordan el realismo y/o realismo sicológico, tales como Chévoj, Strindberg, Wilde, Pérez Galdós, O’Neill, entre otros. Ibsen también incursionó en otras ramas de la literatura como el cuento y la poesía; en este caso “Pájaro y pajarero”  forma parte de su obra poética, en la cual aborda los mismos tópicos: la crítica social, el cuestionamiento del modelo de familia tradicional, las injusticias, el abuso de poder, la desigualdad. Todo esto viene marcado por el contexto político de la época, no olvidemos que el siglo XIX se caracteriza por sus fuertes cambios, la revolución industrial, las revoluciones burguesas por consiguiente el imperialismo; también surgirían algunas corrientes de pensamiento contemporáneas, tales como el idealismo absoluto, el materialismo dialéctico, el nihilismo y el nacionalismo.
Desde la perspectiva clásica, los poemas han de tener cierta estructura para que se les considere poema, no obstante, es a finales siglo XIX donde comienza un cambio en la poesía que se antepone a las vanguardias. “Pájaro y pajarero”, carece de la estructura clásica y se involucra en un verso libre; lo primero que me sorprende son sus estrofas disímiles entre sí, ya que todas las estrofas tienen distinta cantidad de versos, lo cual queda plasmado en  cinco, cuatro, cuatro, tres, dos, cinco, etc. La primera tiene cinco versos, esta comienza con la historia del pajarero que a raíz de sus ansias de poder elucubra el modo de atrapar a este pájaro que se muestra inocente; es importante la personificación que yace sobre el pájaro, ya que al mostrarlo tierno se asocia con un rasgo humano. La segunda estrofa posee cuatro versos, aquí se presenta el triunfo del pajarero, ya que logra apresar a su ave, se muestra el lado pérfido del cautivador: “gocé aterrorizando a mi cautivo”, pero esta maldad se ve noble, ya que el pajarero lo hace con alegría, satisfaciendo sus más profundos deseos, desde la perspectiva del sueño inalcanzable. La tercera conserva los cuatro versos, y muestra que una vez satisfechos los deseos, estos se vuelven someros y se desea otro tipo de acción, nuestro pajarero cambia su fin y abre la jaula para que el pájaro goce de su libertad nuevamente, pero los puntos suspensivos que Ibsen utiliza en el final de esta estrofa nos hace presagiar un cambio inesperado en el curso de las acciones que se presentan. La cuarta tiene tan solo tres versos, los cuales están envueltos en signos de exclamación, así se puede alabar aún más la importancia que tiene la libertad para el autor (Este tema es abordado en “Casa de muñecas”, “Un enemigo del pueblo”, “Hedda Gabler”, “Espectros”, entre otras). La quinta, sorprende más aún, ya que solo tiene dos versos, lo cual nos marca un puente (el socialismo) entre la sociedad capitalista (que es donde el pajarero tiene cautivo al pájaro) y la sociedad comunista (donde es el pajarero que queda preso en la misma jaula que él construyó para someter al ser inferior); en esta estrofa se da el inicio al cambio de paradigma, ya que el pájaro siendo libre no desea estarlo. La sexta estrofa vuelve a la estructura de la primera teniendo cinco versos, esta estrofa es importante, ya que por una parte cambia la voz principal del poema, puesto que ya no es el pajarero quien relata el texto y por otra, nos cuenta que el pajarero pasa a ser el cautivo de su propia jaula. La séptima estrofa conserva solo cuatro versos, es en esta donde se muestra por primera vez al pajarero como un ente con miedo por el cautiverio, esto le provoca temores y espanto, demostrándolo con miradas hacia el pájaro, suponiendo una culpabilidad en los actos de este. La última estrofa conserva los cuatro versos que la anterior, y muestra la claridad de que independientemente de la libertad que podamos poseer, siempre estaremos presos del sistema y ya no es el pajarero o el pájaro el malo; quien ostenta la maldad es ahora el sistema, puesto que obliga a pájaros o pajareros a ser lo que son, por ejemplo los carabineros con los mapuches en el sur; es el sistema quien determina que los carabineros con los mapuches tengan la lucha con la misma clase y no con la clase opresora, que en este caso son las forestales y los gobiernos de turno.
Es importante señalar, que a lo largo del poema, Ibsen utiliza puntos suspensivos, signos de exclamación, comas, puntos y comas; todo esto para darle la tensión dramática y así no desentenderse completamente de su labor como dramaturgo; esto permite una lectura más activa del poema y nos hace nadar en el mar de la mímesis, poiesis que entrega la obra dramática.
            Teniendo en consideración estos precedentes podemos hacer una analogía entre el título de este poema y “la lucha de clases”. Este concepto fue acuñado en la obra Manifiesto Comunista, de Karl Marx y Friederich Engels, publicado por primera vez en Londres el 21 de febrero de 1848, aquí se afirma que “La historia de todas las sociedades hasta nuestros días, es la historia de la lucha de clases… Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre…”[1] Pájaros y pajareros, podría pertenecer al campo semántico de “lucha de clases”, puesto que se presentan dos personajes que pelean entre ellos por su libertad; el pájaro representaría al proletario y el pajarero al burgués.
            El pajarero se muestra como alguien que persigue los deseos de su configuración como ser superior al pájaro, aunque ciertamente disfruta teniéndolo cautivo, ya que esto sacia sus necesidades básicas. El dominador vulnera todos los derechos de su presa, tanto así que constantemente lo instiga y lo amenaza, como una forma de someterlo constantemente, para demostrar su poderío y no dar derecho al escape o la rebelión; sin embargo, este pajarero no sabe que hila su propia trampa y que el ramaje de mimbrera finalmente será la génesis de su supresión. Por otra parte, está el cautivo; este pájaro que gozando de su libre albedrío es atrapado y enjaulado; no intenta escapar, solo espera a que algo suceda, y es así como en un instante el pajarero abre la jaula y él escapa; lo paradójico es que es ahora el pajarero quien está preso en su propia jaula.
            Siguiendo con el marco teórico tomado anteriormente, podemos asociar el desenlace del poema con el “materialismo histórico” planteado por Marx. Este tiene dos nociones básicas, como lo son la estructura y la superestructura, en la primera tomamos los modos de producción, aquí subyacen diversas sociedades desde la asiática, esclavista, entre otras, para llegar a la capitalista que sería la sociedad en que se escribe (contexto de producción) y donde se desarrolla la primera parte del poema, cuando el pájaro es cautivo. Marx dice que luego de la sociedad capitalista pasaremos a la socialista (etapa de transición) para finalmente estar en la comunista, la cual sería la sociedad fin de la historia (esto en un Marx joven, ya que el viejo Marx se desdice y afirma que la estructura está en movimiento y puede saltarse de una sociedad a otra aleatoriamente).
A modo de conclusión, quiero relacionar otro concepto de Marx, “teoría de la plusvalía” aquí dice, entre otras cosas, que es el capital quien crea las bases para su destrucción, porque es la minoría quien tiene el poder económico, por lo tanto el proletariado se tomaría el poder y vendría el socialismo. En otras palabras, es el pajarero que a través de sus decisiones provoca que el pájaro sea libre; sin embargo, está presente también en Marx, la teoría de la falsa conciencia y la de la alienación, es decir, pájaro y pajarero están alienados bajo el sistema y ninguno podrá escapar a su cautiverio en cuanto no escapan a la muerte pensante que hay en ellos, la muerte pensante es aquella que nos entrega una educación reproductiva, donde nos enseñan a reproducirnos según las mismas posibilidades que tuvo nuestra ascendencia, si mi madre fue obrera yo también lo soy y lo serán mis hijos, y en el caso de la burguesía es lo mismo, ya que el empresario es producto de su padre  y abuelo empresario, todo esto sin perjuicio de lo que realicemos, el punto es realizarlo por opción y por amor. Por lo tanto, Ibsen nos incita a pensar que hay más opciones que estar alienados y condenados a ser pájaros o pajareros, eso está en nuestras manos y en una educación para la liberación que es la que estamos construyendo.


[1] Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto Comunista, Inglaterra 1848, Editorial Centro Gráfico Chile, 2003, pág. 32.


Por Débora Castillo.


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