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viernes, 4 de mayo de 2012

La fatalidad




En esta ocasión recogeré una de las mejores obras del gran escritor Rubén Darío el poema  “Lo fatal”, autor que se ha destacado por ser  uno de los impulsores del modernismo crítico, movimiento que reaccionó contra lo que se ha venido haciendo por años, no reprocha derechamente el romanticismo pero sí la falta de imaginación, la  frase hecha, el cliché de la forma y de idea. De ahí la explicación del porque elementos del romanticismo, y de otros movimientos literarios anteriores encontraron eco en el modernismo.
Darío nos presenta en su obra el dolor ante la vida y la muerte,  dejando entrever su  conciencia trágica ante el inevitable paso del tiempo y la fatalidad de la muerte; siendo consciente de su incapacidad para detener el curso de la vida y llegar al final trágico, mostrándose frágil frente al destino que, a pesar de haber sido feliz, no puede evitar el dolor y el sufrimiento ante la muerte.
Lo fatal sobresale del resto de  sus obras porque a través de ella  se expresa el pesimismo, la desolación y la duda de Darío, expresando en cada verso una profunda tristeza e incertidumbre de  su ser, cuestionando  el sentido metafísico del mundo y encerrando al artista que sólo contemplaba la belleza eterna de la naturaleza. De este modo, se aprecia en el poema el fuerte influjo de Schopenhauer en Darío, filósofo alemán que se opone a la vida trágica, la que considera un malestar incesante. El sufrimiento, para él, es adyacente a la vida bajo la forma de un deseo de felicidad siempre insatisfecho, que termina por hacer caer al hombre al abismo del aburrimiento y el pesimismo.
A medida que el conocimiento es más claro y el hombre es más consciente, el dolor se hace más evidente; por eso resulta interesante como Darío usa el lenguaje y la métrica en esta obra, aplicando el lema de una de sus grandes influencias, Paul Verlaine: " La música antes que nada". Tanto para él como para todos los modernistas la poesía era, ante todo, música. De ahí el énfasis al ritmo lento y repetitivo que le da al poema, como el uso de la  métrica que aplica para enriquecer aún más su obra. No cabe duda que es un gran exponente de la literatura latinoamericana rompiendo bruscamente la métrica tradicional.
Además, tiene la facilidad para exteriorizar su angustia existencial que lo aflige, lanzando un grito afligido ante el misterio y la angustia existencial: ¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos…! Busca una respuesta, aparentemente, pero está solo con sus dudas sobre la vida,  la ubicación del hombre en el universo, cuestionando de donde  somos, adonde vamos, de dónde venimos. Sorprende  la forma exagerada en que expresa la angustia de estar vivo quejándose de su estado consciente: “pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo ni mayor pesadumbre que la vida consciente”.
 El uso de las retóricas, contraponiendo la afirmación y la negación, son algunas que se presentan a lo largo del poema: ser y no saber; ser sin rumbo; lo que conocemos, y no saber a dónde vamos, ni de dónde venimos. También la contraposición entre la vida y la muerte: y la carne que tienta con sus frescos racimos; y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos.
Darío con el afán constante  de criticar a la literatura romántica busca la forma para que el clímax de la obra esté reflejado en los últimos dos versos: ¡Y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!...logrando un  final en suspensión. Con innovación y constancia consigue darle vida al modernismo, volviéndole la espalda a los viejos cánones y a la simpleza de la expresión; caminando incesantemente en búsqueda de algo nuevo; será una expresión más sencilla, un estilo más libre e independiente, no lo sé. Lo que sí sé es que con esta obra el Modernismo logra  su madurez completa. Por eso no hay misterio en la vigencia de estos versos, y la explicación es simple: se trata de la pregunta que tantas personas nos hemos hecho en algún momento de nuestras vidas, y que son inquietantes dudas en la conciencia del poeta. Ya él obtuvo la respuesta, pero una pregunta sigue en pie. ¿Qué nos espera después de la muerte?


Por Dayana Castro Orellana.

1 comentarios:

Pia dijo...

Felicitar a todos por sus textos, poco a poco permiten ir abriendo puertas de conocimiento sobre los diversos textos de los autores y de seguro al seguir escribiendo irán depurando sus trabajos, sigan asì,

Pía Salazar

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